Un mal negocio de Fermín Celada que ni Francisco Fernández Ordóñez ni Miguel Boyer, sus sucesores en la presidencia del Banco Exterior, han sabido enderezar; los tres embaucados por un empresario de dudosos escrúpulos, Manuel Isidro Tejedor, cuya esposa María Victoria Rincón Martín ha sido la principal accionista privada del citado banco, que tiene abierta una brecha en el Exterior por impago de deudas próximas a los 60.000 millones de pesetas.
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