Cristina Expósito Álvarez, Manuel Roldán Pardo, Marisol Lila
Los participantes que acuden por mandato judicial a programas de intervención con agresores de pareja suelen mostrar una elevada resistencia a la intervención, altas tasas de abandono y baja motivación al cambio. Los programas que incorporan estrategias motivacionales ajustadas a los riesgos y necesidades de los participantes han mostrado resultados prometedores. Una de estas estrategias es el establecimiento de metas de cambio. Los objetivos de este estudio fueron evaluar las diferencias al inicio de la intervención entre los participantes que se establecieron metas y los que no en variables sociodemográficas, de proceso (i.e., estadio de cambio, motivación al cambio de conductas violentas), el riesgo de reincidencia y la violencia autoinformada, y examinar las diferencias al finalizar la intervención entre ambos grupos en las variables de proceso y el riesgo de reincidencia. Además, se examinó la asociación entre el establecimiento de metas y la mejora de dichos resultados de intervención. Los resultados mostraron que los participantes que se establecieron una meta de cambio eran más jóvenes, con empleo en activo, con un mayor nivel de ingresos anual, un mayor nivel de motivación al cambio, una mayor tasa de violencia física autoinformada y un mayor estadio de cambio al inicio de la intervención. Al finalizar la intervención, los participantes que se establecieron una meta de cambio presentaron un mayor nivel de motivación al cambio, mayor dosis de intervención y participación, se encontraron en un estadio de cambio más avanzado y mostraron menores tasas de abandono de la intervención. Estos resultados sugieren que el establecimiento de metas podría ser una estrategia motivacional efectiva que se ajusta a los factores de riesgo y necesidades de los participantes para reducir la resistencia a la intervención, aumentar la motivación al cambio y el compromiso con la intervención de los agresores de pareja.
Participants court-mandated to attend intervention programs for intimate partner violence perpetrators often show high resistance to intervention, high dropout rates, and low motivation to change. Programs that incorporate motivational strategies tailored to participants' risks and needs have shown promising results. Goal setting is one of such strategies. The objectives of this study were to assess differences at baseline between goal-setting and non-goal-setting participants on sociodemographic variables, process variables (i.e., stage of change, motivation to change violent behaviors), risk of recidivism, and self-reported violence, and to examine differences at the end of the intervention between the two groups on process variables and risk of recidivism. In addition, the association between goal setting and improvement in these intervention outcomes was examined. Results showed that participants who set change goals were younger, actively employed, with a higher level of annual income, a higher level of motivation to change, a higher rate of self-reported physical violence, and a higher stage of change at baseline. At the end of the intervention, participants who set change goals had a higher level of motivation to change, a higher intervention rate and participation, were at a more advanced stage of change, and showed lower intervention dropout rates. These results suggest that goal setting may be an effective motivational strategy that matches participants' risk factors and needs to reduce resistance to intervention and increase motivation to change and commitment to intervention for intimate partner violence perpetrators.
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