"Estaba convencida de que sería, de que era, una entre un millón", escribió cuando tenía 10 años. En efecto, Simone de Beauvoir, la compañera de Sartre, fue una mujer poco común. Tan severa consigo misma como con los demás, observadora y analítica hasta la crueldad, su vida soportó sus tesis. Cuando descubrió que el mundo -"la fuerza de las cosas"- no se plegaba a su voluntad, gritó: "He sido estafada".
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