La tecnología educativa es efímera, no porque se cuestione su durabilidad (ha llegado paraquedarse), sino porque los desarrollos técnicos avanzan más rápido que su implementación práctica enlas aulas. Quizá por ello, tenga un estatus idiosincrásico tan particular, pues, al igual que ocurre con laciencia, las tecnologías son falibles y están sometidas a control, crítica y revisión constante. El objetivode este artículo es postular una rigurosa reflexión teórica que, desde el revisionismo de sus antecedentesy una selecta selección terminológica, pretende ahondar en las circunstancias actuales sobre las que seasienta la tecnología educativa en su relación con las ciencias sociales. Analizando fuentes destacadas,se hace un repaso argumental para justificar su utilidad en el aprendizaje de esta disciplina y poner envalor las principales tendencias en política educativa que configuran el panorama educacional español.En conclusión, este trabajo aporta una contribución destacada al conocimiento de las circunstancias querodean los procesos de implantación y consolidación digital, proporcionando una actualizaciónepistemológica y conceptual de la educación tecnológica y su aplicación en las ciencias sociales. A pesarde su utilidad en los procesos formativos del presente siglo, existen elementos distorsionadores que dañansu identidad y ralentizan su consolidación para los próximos años, dificultando el aprovechamiento desu eminente potencial disruptivo.
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