Con el entusiasmo ferviente de todo lo que significa un aporte para el conocimiento científico, se ha despertado en la actualidad el estudio claro y preciso de la composición del líquido céfalo-raquídeo, ya en su parte cualitativa como también desde el punto de vísta cuantitativo. Maravillosamente prolífíco, casi decistvo, ha venido de esta manera a señalar nuevos rumbos en el diagnóstico de las enfermedades nerviosas, antes relegado a los obscuros procedimientos de exploración clíníca y ajeno, por lo tanto, a los detalles certeros que hoy nos brindan los'láboratoríos.
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