La Comunidad Europea suele ser considerada como el resultado de la sorprendente clarividencia y voluntad política de sus dirigentes, así como de una extraordinaria madurez de sus pueblos. En efecto, la progresiva subordinación de poderosos intereses nacionales, otrora irreductibles, a la unidad y el fortalecimiento global del continente, aparece como un acto supremo de razón y buen juicio colectivos.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados