El entendimiento de la mayor parte de los hechos sociales requiere situarlos en contexto histórico. Conocer sus orígenes, sus causas, es comprender su alcance, sus dimensiones, y muy posiblemente sus consecuencias. Y en el caso de los problemas sociales, permite descartar o seleccionar los medios más adecuados para su solución. Evidentemente, la utilización de la perspectiva histórica no brinda los mismos frutos con todos los problemas sociales. Uno de los casos en que mejores resultados se obtiene es en el estudio del narcotráfico. La simple observación superficial del narcotráfico nos lleva rápidamente a señalar algunos de los absurdos que subyacen tras las políticas de lucha contra las drogas. Bástenos recordar tan sólo dos: la distinción entre drogas legales e ilegales, y la preferencia por el control de la oferta.
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