El Derecho contemporáneo se distingue por su complejidad, ya que opera mediante la combinación de fuentes de diferentes orígenes y autoridades en un entorno desestructurado, fragmentado y dinámico, que sigue el modelo de una "red". En este contexto, el concepto de soft law adquiere importancia y se produce una flexibilización del principio de tipicidad formal. El orden jurídico se establece a través de la interconexión de múltiples normativas, cada una con diversos grados de obligatoriedad. La regulación tanto hard como soft refleja esta compleja articulación de fuentes. La identificación y la interpretación de las fuentes jurídicas están entrelazadas en un proceso continuo de positivización.
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