Más de 1.200 obreros trabajan en el interior del portaaeronaves español Príncipe de Asturias, que se construye en los astilleros de la Empresa Nacional Bazán, en tierras gallegas de El Ferrol, y que sustituirá al viejo y anticuado Dédalo como buque insignia de la Armada. Con dos años de retraso sobre la fecha inicial de entrega, no entrará en servicio antes de otoño de 1988, completándose el grupo de combate que le acompaña, destructores y fragatas, después de 1990. Su coste, unos 100.000 millones de pesetas, el triple de la estimación original, y su construcción han sido calificados de "irracionales y caóticos" en algunos sectores ferrolanos, donde se le conoce familiarmente como "la gran mejillonera".
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