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La Poesía Hebrea-Panameña

  • Autores: Luis Wong Vega
  • Localización: Investigación y Pensamiento Crítico, ISSN-e 2644-4119, ISSN 1812-3864, Vol. 8, Nº. 3, 2020, págs. 89-107
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      Panamá es un estado multiétnico. Las expresiones de esta diversidad se manifiestan en todos los órdenes de la vida del país, en mayor o menor medida, pero siempre con expresiones que evidencian su presencia y que aportan riqueza a la amalgama resultante que es nuestra panameñidad.

      Según el escritor Edilberto Gonzáles Trejos, “descendientes de los “anusim”, marranos o criptojudíos procedentes de la Península Ibérica, han vivido en Panamá desde comienzos del siglo XVI” (1). Añade este autor que “judíos, tanto sefaradim como ashkenazim, comenzaron a arribar a Panamá en cantidades importantes, recién a mediados del siglo XIX, atraídos por alicientes económicos tales como la construcción del ferrocarril bioceánico y la fiebre del oro en California” (íbidem).

        En un trabajo periodístico publicado en el diario español El País, de hace, más o menos, un lustro, se hizo un estimado de la población judía en Panamá. El autor señalaba entonces que: “la comunidad judía panameña oscila entre 15.000 y 17.000 integrantes, de los que de 9.000 a 12.000 son descendientes de los sefardíes, según diversos cálculos de las organizaciones hebreas de Panamá” (2). Probablemente, esta población podría rondar las veinte mil personas hoy en día.

      La comunidad judía ha hecho aportes sustanciales a la institucionalidad panameña, particularmente en el ámbito socio-cultural. La autora Leizel Verbel señala que “gracias a la colaboración de la comunidad judía de Panamá, se estableció el Cuerpo de Bomberos de Panamá, la Orquesta Sinfónica Nacional, la Universidad Tecnológica, por mencionar las más notorias. Más recientemente se inauguró el Biomuseo de Panamá, con una sustancial donación de la comunidad judía” (3).

    • English

      Panama is a multi-ethnic state. Expressions of this diversity are manifested in all aspects of the country's life, to a greater or lesser extent, but always with expressions that demonstrate its presence and that contribute wealth to the resulting amalgam that is our Panamanianity.

      According to the writer Edilberto Gonzáles Trejos, "descendants of the" Anusim ", pigs or crypto-Jews from the Iberian Peninsula, have lived in Panama since the beginning of the 16th century" (1). This author adds that "Jews, both Sepharim and Ashkenazim, began to arrive in Panama in significant quantities, only in the mid-nineteenth century, attracted by economic incentives such as the construction of the bi-oceanic railway and the California gold rush" (ibidem) .

      In a journalistic work published in the Spanish newspaper El País, more or less five years ago, an estimate was made of the Jewish population in Panama. The author then pointed out that: "the Panamanian Jewish community ranges from 15,000 to 17,000 members, of whom 9,000 to 12,000 are descendants of the Sephardim, according to various calculations by the Hebrew organizations of Panama" (2). Probably, this population could be around twenty thousand people today.

      The Jewish community has made substantial contributions to the Panamanian institutionality, particularly in the socio-cultural sphere. The author Leizel Verbel points out that “thanks to the collaboration of the Jewish community in Panama, the Panama Fire Department, the National Symphony Orchestra, and the Technological University were established, to mention the most notorious. More recently, the Panama Biomuseum was inaugurated, with a substantial donation from the Jewish community ”(3).


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