El cáliz es una de las alhajas más importantes en el conjunto de la platería de los templos.Desde aquella primera copa por la que bebieron Cristo y sus discípulos hasta la actualidad, el cáliz se ha ido convirtiendo en uno de los objetos litúrgicos de elaboración técnica más cuidada y perfecta, tratando de proyectar en él los motivos estilísticos y ornamentales más sobresalientes de cada etapa artística. Aun desconociendo su autoría y procedencia, el vaso tardogótico de San Cibrao se convierte en pieza clave para el estudio de la evolución de las formas góticas a las renacentistas en la platería ourensana.
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