Desde una perspectiva hermenéutica, como construcción de horizontes de sentido, el artículo presenta dos concepciones de educación: una que la asocia con la individuación y otra que la vincula a la socialización. Se discute el que ambas concepciones converjan en un lugar común desde el cual se configura una visión afirmativa y universalista del sujeto; por el contrario, se plantea la posibilidad de una educación que pueda formar un ciudadano comprometido con su propia formación, con la transformación de su saber y con la comprensión de las necesidades y problemáticas del contexto. Se concluye con una reflexión sobre la educación contable y cómo, desde el abordaje de unas preguntas provocadoras, se puede empezar a transitar a una educación como expresión de una cultura contable, que se corresponda con los ideales de una formación integral y humanista, sensible al mundo de la vida en todas sus expresiones.
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