Málaga, España
Los exiliados republicanos que se establecen en la Unión Soviética con posterioridad a la guerra civil española se caracterizan por constituir un reducido colectivo de personas vinculadas a organizaciones comunistas. Para estos transterrados, la URSS representa el paraíso soñado del proletariado, a la vez que una tierra lejana y exótica con una lengua y cultura que les son desconocidas. En el presente artículo estudiamos el destacado papel de los traductores e intérpretes del Partido Comunista de España (PCE) en una serie de escenarios y hechos históricos trascendentales para la propia supervivencia de esta colectividad, esto es, figuran su función de mediadores en las inestables relaciones de partido con la Internacional Comunista (Comintern), su decisiva labor en las emisiones en lengua española de Radio Moscú en un tiempo crucial para la supervivencia de la Unión Soviética durante la segunda guerra mundial, su apenas conocida implicación en la conspiración del Hotel Lux (un enfrentamiento entre los partidarios de Jesús Hernández y Dolores Ibárruri por el control de la organización tras el fallecimiento del secretario general José Díaz, que se salda con la purga de miembros de los cuadros medios del partido, entre ellos, encuentran traductores e históricos dirigentes que se exilian en México), y la relevancia de la traducción en los proyectos editoriales del antiguo militante del POUM, Julián Gorkin, en la posterior difusión de las memorias antiestalinistas de los líderes expulsados que, paradójicamente, acaban por convertirse en instrumentos de las dinámicas de la Guerra Fría cultural.
The Republican exiles who settled in the Soviet Union after the Spanish Civil War were a small group of people mainly composed by militants of communist organizations. For them, the USSR epitomised the dream paradise of the proletariat, as well as a distant and exotic land with an unknown language and culture. This article studies the outstanding role of the translators and interpreters of the Communist Party of Spain (PCE) in a series of historical scenarios and events which were critical for the survival of this community of exiles; i. e., their role as mediators in the unstable relationship of the Spanish party with the Communist International (Komintern), their decisive contribution to the Spanish-language broadcasting services of Radio Moscow at a crucial time for the existence of the Soviet Union during the Second World War, and their undisclosed involvement in “the Hotel Lux conspiracy”, a confrontation between the supporters of Jesús Hernández and Dolores Ibárruri to control the party after the death of the general secretary José Díaz. That internal struggle resulted in the purge of significant mid-level cadres, including translators and some historical leaders who went into exile in Mexico. The article also analyses the relevance of translation in the editorial projects of former POUM militant Julián Gorkin in the subsequent dissemination of the anti-Stalinist memoirs of the expelled leaders who, paradoxically, ended up becoming instruments of the dynamics of the cultural Cold War.
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