El presente estudio trata de demostrar cómo la pintura del Renacimiento representada por artistas de la calidad de Pollaiuolo, Baldinelli, Cigoli, Leonardo da Vinci, Miguel Ángel, Ticiano o Von Kalkar influyó, mediante el conocimiento que habían adquirido personalmente estos artistas en las disecciones humanas, al enriquecimiento iconográfico de las grandes obras del Renacimiento, publicadas por autores como Andreas Vesalio, Bartolomé Eustachio, Valverde de Amusco, etc. lográndose mediante la colaboración de dichos pintores y anatomistas un realismo y una veracidad de la cual habían carecido los textos de la Edad Media. En esta última época las toscas figuras de los tratados de anatomía eran más bien de tipo ornamental que representaciones anatómicas, por la ignorancia que tenían de la morfología humana, ya que en ese periodo las disecciones en cadáveres estaban prácticamente prohibidas.
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