María de Nazaret, miembro singular de la Iglesia y madre de Jesús, ha recibido gracias especiales en orden a su misión y rol únicos en la historia de la salvación. Al mismo tiempo se nos la ha propuesto como modelo de humanidad y seguimiento de Jesús. En este artículo abordamos cómo la comprensión de María como mujer agraciada permite conjugar ambas cosas y acercarnos a la figura mariana de tal manera que su vida se vuelva significativa e inspiradora para los varones y mujeres de todos los tiempos.
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