Los primeros folkloristas catalanes prefirieron la Poesía popular, pero nunca desdeñaron su música. Con el tiempo, Cataluña adoptó el concepto preferencial de Cançoner, y no el de Romancer, porque una de las funciones principales de nuestras canciones populares en el siglo xix tuvo carácter emotivo: expresar el amor por la tierra catalana. Las «Melodias» añadidas al Romancerillo (1882) confirman que incluso Milà i Fontanals llegó a comprender la importancia de la música popular. Finalmente, examinaré algunos aspectos de su clasificación y el romance titulado «Els tres cavallers».
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