No muchas profesiones como la Odontología demandan conocimientos científicos y artísticos que se complementan en un todo armónico. La Odontología en sus albores fue empírica, folclórica y tradicional. Fue Pierre Fauchard quien la introdujo al campo de la ciencia, es decir, al conocimiento exacto y razonado de las cosas. De aquel entonces ha transcurrido mucho tiempo y poco a poco nos hemos ido adentrando al espacio del arte, vale decir, al talento, habilidad y destreza para hacer bien las cosas. Sin embargo, ante el avance incontenible del progreso, surge la tecnología, que es la ciencia de las artes y oficios en general. Resultado de este conjunto de conocimientos, la Odontología de nuestros días nos encuentra inmersos en el mundo de la Informática, la oferta y la demanda, los procesos liberales, neoliberales, de globalización, etc., de suerte que la profesión tiene que adecuarse no sólo a los conocimientos de la ciencia, el arte y la tecnología sino a los vaivenes de la economía, la política de salud, la masificación de profesionales, su capacitación, las modalidades de prestaciones de salud, el status socio?económico de la población, etc.
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