Su media de edad ronda los 50 años y el grueso de su obra parece que ya está hecho. Hablan con la serenidad de quien sabe que, de alguna forma, se ha abierto un camino en el arte. Su relación con la pintura, salvo contados casos, parece más la de amantes apasionadas que la de esposas. En su gran mayoría son figurativas: muchas, incluso, tienden al hiperrealismo, y esto parece tener algún significado si pensamos que coincidieron con los años gloriosos de la abstracción en España. Algunas están casadas con pintores también. A todas les ha costado esfuerzo -y les cuesta- llegar, ser, estar en la pintura.
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