Miguel Herrero de Miñón, 46 años, mente ilustrada y lúcida, oratoria incisiva y brillante, trabajador incansable, talante liberal, voluntad férrea, era el sucesor indiscutible. La fórmula tándem Albor-De Miñón para cubrir el vacío sucesorio de Fraga, durante tres meses, es el resultado de un laborioso encaje "Richelieu". Albor, presidente figurativo, y en Galicia, "delega irrevocablemente" sus funciones en Herrero de Miñón que, con el sobretítulo de vicepresidente-ejecutivo, asume todas las atribuciones y facultades presidenciales del partido, más la presidencia del grupo parlamentario...
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