Durante las negociaciones que llevaron a Paz de Rijswijk (1697) el elector Juan Guillermo del Palatinado-Neoburgo trató por todos los medios de que el ducado de Luxemburgo, perdido en 1684, revirtiese a la Monarquía de España por ser un territorio clave para la defensa de sus estados patrimoniales. Para ello ofreció al plenipotenciario español, Francisco Bernardo de Quirós, guarnicionar la plaza con sus tropas y presionó en la corte de Madrid a través de su hermana, la reina Mariana de Neoburgo, y su confidente, la baronesa de Berlepsch, para obtener el gobierno del ducado para una de sus hechuras.
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