Cádiz, España
Cuando hablamos de la Armada española del siglo XVIII es inevitable no pensar en la oficialidad que comandó los numerosos buques de guerra que surcaron los océanos del globo y defendieron el comercio y los territorios coloniales. Desde la creación de la Real Armada, en 1714, los oficiales conformaron el grupo rector que controló, gestionó y mejoró constantemente la institución naval para adaptarla a los retos militares y los avances científicos que se fueron sucediendo a lo largo de la centuria. El oficial tipo debía ser, al mismo tiempo, un buen marinero, un militar eficiente y un líder contrastado.
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