Querámoslo o no, el combate se encuentra presente en la vida humana. De manera que, por más pacifistas que seamos, a veces es necesario implicarnos en la milicia. Pero a veces no. Porque, así como hay combates necesarios, hay otros combates que carecen de sentido, y es hacia estos últimos combates que nos empujan nuestros gobernantes.
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