Nos encontramos a casi medio siglo del estreno de "Salò o los 120 días de Sodoma" (1975), la última película de Pier Paolo Pasolini, presentada en París pocas semanas después de su muerte. Se trata de uno de los trabajos más polémicos, incómodos y rompedores de la historia del cine. Pero lo que convirtió a la película en uno de los largometrajes más polémicos (y recordados) no fue sólo el asesinato de su autor, todavía sin resolver, sino la brutal fuerza de las imágenes, la historia y la metáfora visual que Pasolini se atrevió a filmar. La que iba a ser la primera parte de la Trilogía de la Muerte sigue siendo, hoy en día, una película inimitable, única, colosal, extrema que, casi 50 años después su estreno, todavía es un "escándalo".
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