Una serie de acontecimientos han puesto a la economía española en una situación muy difícil. No se adivina hacia dónde va, pero sí se sabe que lo hace con el enorme lastre del estancamiento, de la inflación y con una pérdida continua de posiciones en los mercados internacionales. Conviene conocer si los nubarrones hasta ahora señalados son los únicos que se observan en el horizonte o si, para agotar el manido símil náutico, el barómetro comienza a registrar algún tipo especial de depresión que nos va a situar en malísima postura.
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