El agua es un elemento esencial para la vida. Y las sequías, una maldición. Nunca han sido una cuestión totalmente aleatoria. Determinadas zonas del planeta están más expuestas a este fenómeno que otras. Ello explica, en parte, la distribución geográfica de la población mundial. Los territorios desérticos son los menos poblados. La sequía actual que padece especialmente el Mediterráneo tiene que ver tanto con su ubicación, como con la alteración climática generada por el calentamiento global. Es incierto cuándo concluirá el período actual de sequía extrema. Pero lo más probable es que no va a tratarse de una situación puntual, que puede tratarse de un fenómeno recurrente. Lo que hoy experimentamos con la sequía es un anticipo del tipo de conflictos y respuestas que vamos a experimentar en las próximas décadas.
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