La Fuente de los atlantes (1924), que se ubica en la quinta cuadra de la avenida Arequipa en el barrio de Santa Beatriz del Cercado de Lima, es una reproducción en bronce de una pieza original que modeló la millonaria escultora Gertrude Vanderbilt Whitney, en 1913. Fue el tercer monumento que se emplazó en dicho barrio, y el segundo que reiteró simbólicamente nuestra sujeción económica con Estados Unidos después del Monumento a Jorge Washington (1922). Su aparente carácter ornamental y su centenaria trayectoria, han influido en el relego de su valor escultórico durante muchos años y, probablemente, desde que fue trasladada a Lima, pues las memorias que la propia escultora escribió y los bocetos que hizo de esta pieza, sugieren que poseyó un intrínseco carácter poético que desafió la convención escultórica de cariátides griegas al reemplazarlas por atlantes. Bajo este nuevo espíritu de revisión y de análisis, el presente artículo ha sido dividido en dos secciones: 1. Sobre el contraste entre el supuesto sentido ornamental que fue atribuido a esta pieza por los gestores del monumento y la invisibilizada actividad escultórica de Gertrude Vanderbilt, también llamada Mrs. Harry Payne Whitney, nombre de su esposo; y 2. Sobre los significados personales y el progresivo trabajo artístico de composición de la Fuente Vanderbilt en la línea de desarrollo de su destacada trayectoria como escultora.
The Fountain of the Atlanteans (1924), located on the fifth block of Arequipa Avenue in the Santa Beatriz neighborhood of Cercado de Lima, is a bronze reproduction of an original piece modeled by the millionaire sculptor Gertrude Vanderbilt Whitney in 1913. It was the third monument in that neighborhood and the second that symbolically reiterated our economic attachment to the United States after the Monument to George Washington (1922). Its prominent ornamental character and its centennial trajectory have influenced the relegation of its sculptural value for many years and, probably, since it was moved to Lima since the memoirs that the sculptor herself wrote and the sketches, she made of this piece suggest that it possessed an intrinsic poetic character that challenged the sculptural convention of Greek caryatids by replacing them with atlantes. On the contrast between the supposed ornamental sense attributed to this piece by the managers of the monument and the invisible sculptural activity of Gertrude Vanderbilt, also called Mrs. Harry Payne Whitney, her husband’s name; and 2. On the personal meanings and the progressive artistic work of composition of the Vanderbilt Fountain inthe line of development of her impressive trajectory as a sculptor.
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