Es triste constatar cómo, en relación a nuestro patrimonio, se siguen aplicando políticas erráticas que atentan directamente contra las obras, como en el caso de la "limpieza profunda" de las esculturas en bronce de la Fuente China, denunciada en esta misma columna (Illapa, N°1, diciembre 2004, p.126), o las esculturas en mármol del cementerio Presbítero Maestro, libradas a manos inexpertas. Se necesita una coordinación más efectiva entre los municipios y el INC, para poner en vigencia un reglamento que asegure la intervención de profesionales en la conservación de los monumentos públicos.
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