DOI: https://doi.org/10.5377/dialogos.v1i25.15519 Este artículo busca discutir los mecanismos que han transformado la escuela en una agencia legitimadora de desigualdades sociales y académicas. Para tal fin, se han abordado tres factores que permiten comprender como la escuela tiende a reproducir particularidades de la cultura dominante en la sociedad, lo cual permea las actividades y los procesos formativos dentro de las instituciones educativas. El primer factor es la igualdad de oportunidades que, en la práctica educativa, genera una competencia académica desigual debido a los diversos estratos sociales de los estudiantes. El segundo factor se relaciona con las desigualdades sociales impregnadas en las prácticas escolares que fomentan la exclusión y el fracaso académico. El último factor es el mérito como práctica educativa que desnuda las diferencias académicas y sociales de los estudiantes. Se concluye que la igualdad de oportunidades contribuye a legitimar la competencia desigual entre los estudiantes por obtener los diplomas y posiciones sociales. Además, las desigualdades sociales fomentan la exclusión y el fracaso escolar por el simple hecho que dichas desigualdades se han legitimado y se han plasmado como los requisitos de ingreso, de permanencia y de egreso en instituciones educativas. El mérito contribuye a enfatizar las diferencias sociales y culturales de los estudiantes porque se han convertido en el estímulo legitimado para justificar el desempeño académico, ya que se cree que las notas altas son sinónimo de inteligencia y de aprendizaje.
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