El paro es el enemigo a batir en los programas económicos de todos los partidos. Sin embargo, escaldados por los 800.000 puestos de trabajo que prometió el PSOE hace cuatro años, ninguna formación se atreve a cuantificar el número de empleos que se crearían si su programa fuera el preferido por los electores. Todos los partidos huyen de los números y, en sus líneas generales, proponen un plan de modernización del Estado, la reducción del déficit público, el incremento de la inversión y la flexibilidad laboral. Sólo Izquierda Unida, entre los cinco partidos o coaliciones con más posibilidades de obtener representación parlamentaria a nivel nacional, se sale de la norma y su programa cuantifica la creación de 250.000 puestos de trabajo al año.
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