Las dos acciones desesperadas y con caracteres de epopeya, en los comicios sobre los que ya estamos, son las de Adolfo Suárez y Santiago Carrillo. Son dos lobos solitarios o esteparios que luchan por su supervivencia y tienen como grandes rivales a las organizaciones del socialismo, del centro-derecha, de la operación reformista iniciada e impulsada en Cataluña, y una izquierda unida con protagonismo comunista y características de un Frente Popular, aunque sin las proporciones y la variedad de aquel otro de 1936.
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