En respuesta a la aguda escasez de numerario circulante, en 1885 las autoridades de la capitanía general de Puerto Rico decretaron el resello (contramarca) de todas las monedas de plata con un signo de “flor de lis”. Una década más tarde, en 1894, se recurrió a un segundo decreto para el recogido y canje de la moneda agujerada y resellada, ante el creciente problema de falsificación y la prevalencia en la isla de moneda mejicana devaluada. Este artículo centra su atención en un expediente no estudiado sobre las deliberaciones gubernamentales que precedieron y justificaron la recogida de las monedas reselladas sin distinción de marcas utilizadas. También arroja información confirmatoria sobre el número de troqueles utilizados en 1885 y datos sobre las aduanas que participaron en el canje de 1894.
In response to the acute shortage of circulating currency, in 1885 the authorities of the captaincy general of Puerto Rico decreed the counterstamp (countermark) of all silver coins with a "fleur-de-lis" sign. A decade later, in 1894, a second decree was issued for the collection and exchange of the holed and counterstamped currency, given the growing problem of counterfeiting and the prevalence on the island of devalued Mexican currency. This article focuses on an unstudied dossier on the governmental deliberations that preceded and justified the collection of the counterstamped coins without distinction of marks used. It also provides confirmatory information on the number of dies used in 1885 and data on the customs offices involved in the 1894 exchange.
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