Resumen de En torno al comportamiento mecánico del crucero de la catedral de Santiago
- español
Resulta impensable que un edificio románico, como el de la catedral de Santiago, con más de 100 metros de longitud en su nave mayor, crucero y girola, con una cronología que también rebasa dicha cifra, sea obra de un solo autor. Por el contrario, es dato común que los edificios de esta características sean obra de varios maestros que aportaron su iniciativa personal, dentro de la época que les tocó vivir, y en un mismo estilo.
Todavía es más cierta esta afirmación si prestamos atención a la planta actual de la catedral, fruto, no sólo de varios maestro románicos, sino de todos los estilos del arte, que formando un puzle grandioso enriquecieron la obra compostelana, llegando a la verdad que Sánchez Albornoz formuló para la obra de Santiago “joya románica en estuche barroco”. Nuestro artículo trata sólo de una pequeña parte, la distinta autoría de los maestros de crucero, de esa geometría tan diferente que los artistas y constructores dejaron en un espacio tan amplio y variado. Es de ese modo que el cuerpo de la catedral mantiene las cicatrices de esos cambios e interesante la labor de desciframiento, del mismo modo que sucede en el cuerpo humano.
Pretenderlo es inmiscuirse en la telaraña que se fue formando a través de los siglos, y peligroso, dada la cautela que hay que tener, porque es labor minuciosa en la que caben muchas equivocaciones.
- English
It is unthinkable that a Romanesque building, such as that of the Cathedral of Santiago, with more than 100 meters in length in its main nave, transept and ambulatory, with a chronology that also relies on this figure, it were the work of a single author. On the contrary, it is a common fact that buildings of this nature were the work of various masters which contributed their personal initiative within the time in which they lived, and in the same style. This statement is even more so if we pay attention to the current floor plan of the cathedral, the result, not only of various Romanesque masters,but of all styles of art, who, forming a grandiose puzzle, enriched the compostelana work, reaching the real sentence that Sánchez Albornoz formulated for Santiago’s work “a romanesque jewel in a baroque case”. Our article deals only with a small part, the different authorship of the cruise masters, of that very different geometry that the artists and builders left in such a wide and varied space. It is in this way that the body of the cathedral maintains the scars of these changes, and the work of deciphering it is interesting, in the same way that it happens in the human body. To pretend to do so is to interfere in the spider’s web that was formed over the centuries, and dangerous, given the caution that must be exercised, because it is meticulous work in which many mistakes can be made.
