Cuando se observan de manera simultánea las revistas y los álbumes de recortes que Acosta de Samper produjo entre 1878 y 1906, se puede hacer un puente en el que confluyen la creatividad, la dedicación y los intereses de la autora más prolífica del siglo XIX colombiano. Estos forman parte esencial del archivo de la obra y la inventiva de Soledad, y deben ser entendidos como una amalgama de materiales que, conectados entre sí, resaltan el valor que ella encontraba en las publicaciones periódicas en las cuales participó, así como en las que dirigió y compiló. El interés por revisar, corregir, cuidar y difundir los textos que produjo durante su vida no solo se explica, como la misma autora lo diría, por la voluntad de “ganar una reputación seria en las letras”, sino también por la práctica editorial que desarrolló durante toda su vida y tomó forma desde 1878 con la puesta en circulación de la revista La Mujer. En síntesis, el proyecto editorial de Acosta de Samper es un terreno fecundo que demuestra la fina mano y la ambición intelectual de una mujer de la cual todavía queda mucho por decir.
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