Marco Palma Solís, Ignacio A. Vado Solís, Mario A. Barrera Pérez
Uno de los momentos que el Maestro Jorge Zavala Velázquez disfrutaba más era platicar de ciencia e investigación en cualquier lugar donde se encontrara, en el salón de clase, en foros académicos, en reuniones sociales, durante un viaje, o bien, disfrutando de una cerveza bien fría en "El venadito", rodeado de sus colaboradores o amigos de diferentes profesiones. Así, cuando al calor de la charla, algún compañero le preguntaba que significaba para él la investigación, se apresuraba a contestar que no era una actividad del otro mundo y, con toda sencillez y claridad, esbozaba que para explicar dudas o vacios de fenómenos biológicos no había mas que responder a cuatro interrogantes: que, por qué, cómo y para qué. Respuesta que dejaba perplejos a algunos de sus interlocutores que no conocían la trayectoria y la experiencia del Maestro Jorge Zavala en el campo de la ciencia. Al mismo tiempo mencionaba que era necesario leer en lugar de ver televisión, paciencia, perseverancia y, sobre todo, lógica y sentido común. Otra de las muchas preguntas que frecuentemente surgían en las reuniones era la posición que asumía en foros de discusión entre expertos que disertaban sobre algún tema en particular: El decía que, generalmente, en reuniones sociales adoptaba una actitud conciliadora; sin embargo, cuando la discusión era sobre ciencia, se autonombraba intransigente. Asimismo, afirmaba que los resultados obtenidos en investigación se debían a que era muy exigente consigo mismo y con sus colaboradores, al grado de ponerse "trampas" para no dejar pasar nada por alto durante el trabajo de investigación. Este rigor científico que aplico al realizar sus múltiples proyectos lo llevó a obtener descubrimientos de importancia regional, nacional y hasta internacional.
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