El artículo analiza, desde una perspectiva de género, la construcción criminal de la sodomía durante la consolidación del proyecto confesional de la monarquía hispánica a finales del siglo XVI y principios del XVII. Sugerimos que existió una relación entre el disciplinamiento del cuerpo sodomita y la consolidación del proyecto confesional en la Península Ibérica. La violencia secular sobre el cuerpo sodomita constituyó, desde este punto de vista, una de las aristas de la cristalización de las monarquías confesionales. La pretensión de uniformidad política y religiosa exigía una homoge-neidad en los comportamientos sexuales y de género de los súbditos. Consideramos de manera hipotética que, a la par que el poder regio confesional se establecía, nece-sitaba conformar estructuras de género acordes al proyecto político y religioso que se buscaba consolidar. De esta manera, el cuerpo sodomita se convertía en objeto de castigo. El pecado nefando, por lo tanto, debía extirparse, ya que no solo atentaba contra el orden natural sino también contra la jerarquía de géneros que sustentaba las estructuras de poder. Estos argumentos se ponen en consideración a partir del estudio de los casos de condenados a muerte por sodomía que el sacerdote jesuita Pedro de León acompañó en la cárcel real de Sevilla entre 1578 y 1616.
The article will analyze, from a gender perspective, the criminal construction of the sodomy during the period of consolidation of the confessional project of the Hispanic Monarchy, during the late 16th century and early 17th century. We propose there was a relationship between the need to discipline the sodomite body and the con-solidation of the confessional project in the Iberian Peninsula. The secular violence applied to the sodomite body constituted, from this perspective, one of the aspects of the establishment of confessional monarchies, since the requirement of political and religious uniformity demanded homogeneity in the sexual and gender behavior of their subjects. As a hypothesis, we suggest that as the confessional royal power was instituted, it needed to build gender structures in accordance with the political and religious project it sought to consolidate. In consequence, the sodomite body became an object of punishment. The nefarious sin, therefore, had to be eradicated, since it not only undermined the natural order, but also the gender hierarchy that sustained the power structures. Our arguments will be considered analyzing the cases of those condemned to death for sodomy who were accompanied at the royal prison of Seville by the Jesuit priest Pedro de León between 1578 and 1616
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