A menos de un mes para que se agote el plazo para investir a un nuevo presidente, sigue habiendo un abismo entre Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. Sin contactos a lo largo del mes de agosto, ambos siguen embarcados en una carrera para hacer aparecer al otro como responsable de no haber llegado a un acuerdo. Sánchez descarta integrar a los morados en el Gobierno y tiene la intención de presentar un programa que les sea muy difícil rechazar, con la mirada puesta en unas encuestas que ya le colocan por encima del 30% y que lastran a sus rivales, incluido Podemos. Mientras, Iglesias y los suyos insisten en un Ejecutivo de coalición, confiados en que Sánchez no querrá correr el riesgo de unas elecciones para las que PP y Ciudadanos ya prevén alianzas.
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