Quién lo ha visto y quién lo ve a Gabriel Rufián. Tras haber ejercido de agitador del Congreso, ha sido asumir la portavocía de ERC y emerger como un hombre ecuánime, decidido a buscar a acuerdos y tejer complicidades. Pero su intervención no ha podido acercar las posturas de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias. El nuevo Rufián les ha afeado la conducta a ambos, les ha advertido de que “se arrepentirán” y ha subrayado que septiembre, con la inminente sentencia del Supremo sobre el 1-O, “es una mala época para hacer política”.
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