Marta Biota Pérez, Natalia Becerril Ramírez, Amparo Altarejos Salido, Adrian Manteiga Pablo, Adrián Muñoz Ruiz, Noelia Andrés Castel
La ictericia neonatal es una afección frecuente en los recién nacidos, y la fototerapia un método muy utilizado para tratarla. Sin embargo, el uso de fototerapia puede provocar ciertos efectos adversos1,2. Para tratar la ictericia neonatal no patológica, se ha llevado a cabo una revisión sistemática combinando el Método Madre Canguro (MMC) y la fototerapia, resultando eficaz en reducir la necesidad de fototerapia3. Asimismo, el MMC se ha asociado a una mejora de los resultados neonatales, como la reducción de las tasas de mortalidad y las estancias hospitalarias4. Es fundamental detectar y tratar precozmente la hiperbilirrubinemia neonatal para evitar la toxicidad en lactantes vulnerables5, incluyendo algunos efectos secundarios de la fototerapia, como alteraciones cutáneas, deshidratación, desequilibrio electrolítico6, y aumento del cáncer infantil, este último arrojando resultados contradictorios1,2. No obstante, el MMC es una intervención prometedora para los cuidados neonatales con efectos positivos tanto sobre los resultados neonatales7, como en el apego madre-lactante8.
Neonatal jaundice is a commonly occurring condition in newborns, and phototherapy is an extensively used method to manage it. Nevertheless, the use of phototherapy may lead to certain adverse effects1,2. To manage non-pathological neonatal jaundice, a systematic review of combined Kangaroo Mother Care (KMC) and phototherapy was conducted, finding that this approach was effective in reducing the need for phototherapy3. Additionally, KMC was found to be associated with improved neonatal outcomes such as reduced mortality rates and hospital stays4. It is crucial to detect and manage neonatal hyperbilirubinemia early on to avoid toxicity in vulnerable infants5. Phototherapy side effects including skin changes, dehydration, and electrolyte imbalance6, and an increased risk of childhood cancer, the latter yielding conflicting results1,2, have been reported. Nevertheless, KMC is a promising intervention for neonatal care with positive effects on neonatal outcomes7, as well as on mother-infant attachment8.
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