ChatGPT (y otras herramientas de Inteligencia Artificial) han entrado de golpe y con mucha fuerza en nuestras vidas. Se está produciendo un cambio revolucionario al mismo nivel que la irrupción de Internet o el desarrollo de las redes sociales y los profesionales de la información debemos estar preparados para ello y asumir el rol que, como expertos en tratamiento de datos, tenemos.Los profesionales de la información pueden mejorar ChatGPT proporcionando retroalimentación precisa y detallada sobre las respuestas generadas por el modelo, identificando errores y áreas de mejora, suministrar datos y recursos, ayudar a identificar tendencias y patrones (muy interesante poder determinar si un texto ha sido creación original o creación por una IA), mejorar la diversidad y la inclusión o investigar nuevas tecnologías y herramientas que complementen a las existentes.Como en otras herramientas digitales, en ChatGPT el éxito en la recuperación depende cómo se lo interpele; vale decir que “a mejores preguntas, mejoresresultados”. Por ello, los profesionales de la información tenemos mucho que aportar en lo que se refiere a estrategias para elaborar las preguntas y los comandos, también llamados ”prompts”, a ChatGPT. El éxito de nuestro trabajo es estar un paso por delante de nuestros usuarios y usuarias y si queremos cumplir esta premisa es muy necesario conocer cómo “funcionan” estas herramientas, detectar áreas de mejora y ser más eficientes que un usuario medio a la hora de obtener resultados pertinentes y relevantes.La herramienta que presentamos es un “chatbot” que podemos integrar en la web de nuestra biblioteca. Las respuestas que ofrece este “chatbot” están “enriquecidas” con aportaciones propias y típicas de la biblioteca, como es la inclusión de referencias a documentos existentes en nuestra biblioteca o que ChatGPT abra una “ventana” de acceso a nuestro catálogo.
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