Argentina
En los primeros siglos de conformación del cristianismo, teólogos y filósofos vieron con recelo y desprecio tanto los juegos en general, por ser considerados supersticiones paganas, como los juegos de mesa en particular que, asociados a las apuestas, hacían que los cristianos pierdan la cabeza. Las aleae o juegos de azar, donde se utilizaban dados, fueron prohibidos y condenados por numerosos concilios y tratados morales. En este sentido, a finales del siglo XII, el filósofo inglés Alejandro Neckam, en tanto continuador de una tradición cristiana anti-lúdica, incorpora en un capítulo de su enciclopedia De naturis rerum un apartado dedicado a los jugadores de dados en donde explicita sus consecuencias negativas: robos, peleas, ruinas económicas y blasfemias. El presente trabajo presenta, junto a un estudio introductorio, la única traducción en lengua española, hasta donde nos consta, del capítulo 183 del libro II de De naturis rerum.
In the first centuries of Christianity, theologians and philosophers viewed with suspicion and contempt both games in general, because they were considered pagan superstitions, and board games in particular, which, associated with gambling, made any Christian lose his head. Aleae or games of chance, where dice were used, were forbidden, and condemned by numerous councils and moral treatises. In this sense, at the end of the 12th century, the English philosopher Alexander Neckam, as a continuator of an antiludic Christian tradition, included in a chapter of his encyclopedia De naturis rerum a section dedicated to dice players where he explains their negative consequences: robbery, fights, economic ruin, and blasphemy. This paper presents, together with an introductory study, the only translation in Spanish, as far as we know, of chapter 183 of book II of De naturis rerum.
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