El presente escrito no pretende ser una mirada minuciosa sobre la figura de Erik Satie (1866-1925), carecemos aquí de espacio para semejante empresa. Se trata más bien de destacar algunos aspectos de un compositor al que quizá no se ha prestado la atención que merece. Me resulta grato pensar que la lectura de este artículo puede mover a alguna persona a interesarse por su música.
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