Hoy ya no se admite la idea cartesiana de que los animales son como máquinas, y, por tanto, no debemos aceptar que no tengan ningún derecho, al creer que no poseen consciencia, que sí tienen, ni una forma de habla. Es tan obvio el cambio, hecho con el paso del tiempo y por la mejora cultural en general, que, por conocido no repito. ¡Pero es aún insuficiente!
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