Uno de los sucesos relevantes del tiempo actual en España es la carencia, y hasta la extinción, de los conspiradores. Puede haber alguna manifestación superviviente de conspiradores, pero es mínima. Los conspiradores han constituido la gran noticia de dos siglos. No podría hacerse una historia real de España, desde la Corte de don Carlos III hasta nuestros días, sin conspiradores. Pero la gran conspiración interminable empezó con don Fernando VII, cuando todavía no era rey, contra su padre. Luego vino enseguida la Guerra de la Independencia y después de ella empezó el gran teatro de los conspiradores españoles. En principio, y durante mucho tiempo, la conspiración era obligada y legítima, porque las libertades de asociación y de expresión, o no existían, o estaban limitadas. Entonces los proyectos de alternativas de poder se hacían mediante la conspiración.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados