Pedro Herraiz Fernández, Miguel Ángel Álvarez Feijoo, Anton Cacabelos Reyes, Francisco Javier Rodríguez Rodríguez, Diego González Martínez
Las Fuerzas Armadas disponen de una enorme flota de vehículos automóviles destinados a múltiples funciones. La gran mayoría están dotados de motores de ciclo Diésel como sistema de propulsión y utilizan gasóleo como carburante. Este combustible fósil es una de las principales fuentes de energía empleadas en todo el mundo, y su consumo va en aumento debido en gran medida al crecimiento de la población y al desarrollo una sociedad cada vez más industrializada. Sin embargo, esto ha derivado también en un continuo aumento en el precio, que sumado al gran impacto medioambiental que tiene su uso, hacen necesario el desarrollo de nuevas fuentes de energía más económicas, renovables y respetuosas con el medio ambiente. Unas de estas fuentes de energía alternativas son los denominados biocombustibles, y entre ellos el biodiésel, que permitirían la utilización de energías renovables sin apenas modificaciones mecánicas, y así mantener la infraestructura de vehículos existente en la actualidad. Estos biocombustibles se obtienen, generalmente, mediante un costoso proceso, denominado transesterificación, que elimina parte de los ésteres y mejora sustancialmente las propiedades de densidad y viscosidad del biodiésel, haciéndolas similares a las del gasóleo. Por lo tanto, este trabajo trata de analizar y compararlas propiedades de los biocombustibles sin transesterificar con las de los transesterificados,al objeto de modificar dichas propiedades para que sean similares a las del combustible fósil y se puedan emplear en cualquier motor Diésel. Y para ello, se analizan unas sencillas y económicas soluciones mecánicas que permitirían adaptar las mecánicas de gasóleo de los vehículos actuales de las Fuerzas Armadas al uso de biodiésel
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