Adolfo Pedro Carranza mantuvo estrechos y frecuentes contactos con Bartolomé Mitre, gran amigo de su tio Angel Justiniano. Se visitaban en sus domicilios, en casas de otros intelectuales y participaban de las mismas reuniones públicas.Los temas de sus conversaciones sobre asuntos de historia fueron registrados por Carranza en hojas sueltas en forma detallada incluyendo anécdotas, relatos y opiniones de Mitre. Este escrito ha sido realizado sobre esas memorias y otros documentos que se encuentran en el Archivo Histórico del Museo Histórico Nacional.Es Mitre quien respaldó a Carranza cuando propuso la fundación del Museo. Ambos daban gran importancia a los testimonios y, en particular, a los documentos cuando de escribir sobre el pasado se trataba.La confianza, el afecto y el respeto enmarcaron esta relación entre ambos hasta la muerte del anciano General, a pesar una diferencia generacional de casi de cuatro décadas.
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