El 86 puede ser un año negro para los médicos españoles. A partir del 1 de enero, uno de cada tres perderá buena parte de sus ingresos, al entrar en vigor la ley de incompatibilidades médicas. La Administración les obliga a renunciar a puestos ganados por oposición, sin darles indemnización ni aumentarles las retribuciones. A sólo unos días de la fecha clave, sin embargo, los facultativos españoles siguen debatiéndose sobre la mejor forma de evitar la amenaza que se cierne sobre sus economías.
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