En la literatura argentina, encontramos una serie de cuerpos abyectos, señalados en diferentes momentos a lo largo de la historia, bajo el heteroimagotipo de la barbarie: indios, gauchos, inmigrantes, proletarios, cabecitas negras, villeros.
En los procesos imagológicos por medio de los que se construye lo abyecto, la violencia verbal o física suele ser el modo de señalamiento, de “poner en su lugar” al subalterno porque, como explica Kristeva: “Hay en la abyección una de esas violentas y oscuras rebeliones del ser contra aquello que lo amenaza y que le parece venir de un afuera o de un adentro exorbitante” (1980: 7).
Dentro de la tradición literaria argentina que da cuenta de esta violencia desde los primeros tiempos de la construcción de la identidad nacional en el siglo XIX hasta el presente, identificamos una serie singularizada por una de sus formas especialmente abyecta, desbordada y terrorífica: la violación “correctiva”.
En la serie que rastreamos, se destacan “La Refalosa” (1843), de Hilario Ascasubi; El matadero (1871), de Esteban Echeverría; El fiord (1969) y “El niño proletario” (1988), de Osvaldo Lamborghini. Sumamos aquí el relato de Michel Nieva “¿Sueñan los gauchoides con ñandúes eléctricos?” (2013).
In Argentine literature, we can recognize a series of abject bodies marked at different times throughout history under the heteroimagotype of barbarism: indians, gauchos, immigrants, proletarians, cabecitas negras, slum dwellers.
In the imagological processes through which the abject is constructed, verbal or physical violence is usually the way of signaling, of “putting in their place” the subaltern because, as Kristeva explains: “There is in abjection one of those violent and dark rebellions of the being against that which threatens it and that seems to come from an outside or an exorbitant inside” (1980: 7).
Within the Argentine literary tradition that accounts for this violence from the early days of the construction of a national identity in the nineteenth century to the present, we identify a series singled out for one of its especially abject, overwhelming and terrifying forms: “corrective” rape.
In the series we track, “La Refalosa” (1843), by Hilario Ascasubi, El matadero (1871), by Esteban Echeverría, El fiord (1969) and “El niño proletario” (1988), by Osvaldo Lamborghini, stand out. We add here the story by Michel Nieva “¿Sueñan los gauchoides con ñandúes eléctricos?” (2013).
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