La muerte sin descendencia del rey Fernando en 1759 supuso la entronización de su hermano Carlos, entonces rey de las Dos Sicilias. Los hechos más destacados del traslado del nuevo monarca desde Nápoles y su llegada a Barcelona son sobradamente conocidos. Sin embargo, existen aspectos inéditos respecto a otras posibilidades contempladas por la reina madre, Isabel de Farnesio, encargada por su hijo de los preparativos para fijar el rumbo, el trayecto, la comitiva y el posterior desplazamiento de equipajes. Aunque prevaleció la voluntad del rey al escoger su desembarco en Barcelona, son dignas de analizar las ventajas ofrecidas por dos ciudades de especial importancia portuaria, como Alicante o Cartagena, con suficiente capacidad para dar acogida a la numerosa flota que debía atracar y desembarcar a sus reales pasajeros. Al mismo tiempo, para llevar a cabo este viaje fueron relevantes otros aspectos como los itinerarios terrestres y jornadas a llevara cabo, la movilización de tropas para la seguridad de la comitiva, la disponibilidad de alojamientos y el estado de los caminos.
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