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La construcción corporal de los trabajadores masculinos de El Corte Inglés

  • Autores: Estíbaliz González Santamaría
  • Localización: La cultura en el cuerpo: actas del I Congreso Internacional de Cultura y Género : 11-13 de noviembre de 2009 / coord. por Javier Eloy Martínez Guirao, Anastasia Téllez Infantes, Jordi Ferrús i Batiste, Purificación Heras González, Rosa María Martínez Moreno, María Jesús Navarro Ríos, José Ignacio Pichardo Galán, 2009, ISBN 9788469306598
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • El presente escrito pretende ser una muestra breve del trabajo de tesina realizado dentro del programa de doctorado “Globalización, Multiculturalismo y Exclusión Social”, coordinado por el departamento de Antropología y Trabajo Social, en la Escuela de trabajo Social de la Universidad de Granada. Tal y como se presenta en el título, el objeto de mi estudio ha sido ver cómo construyen su corporalidad los trabajadores masculinos de El Corte Inglés, a la hora de desempeñar su rol como vendedores. La premisa general de partida, es que el personal comercial de estos grandes almacenes no se presenta de cualquier manera a la hora de realizar su trabajo, sino que más bien, moviliza una serie de recursos corporales y simbólicos, para adaptar su corporalidad a las competencias, habilidades y formas de proceder que les exige su rol, es decir, que adaptan su corporalidad en función de una imagen estereotipada que viene definida desde el sistema normativo y de valores de la empresa. En este sentido, estudiar la forma en que construyen corporalmente su rol, significa en última instancia, estudiar cómo los empleados encarnan la imagen y los valores, que la empresa en la que trabajan, quiere trasmitir socialmente. Así es que , desde la perspectiva teatral que propone Erving Goffman para el estudio de los establecimientos comerciales, y en relación con los conceptos de habitus y disposiciones de Pierre Bourdieu, se realizó un trabajo de observación, descripción e interpretación, tanto del atuendo, como de aquellos movimientos, gestos y composturas mediante las cuales, el personal masculino de El Corte Inglés ejecuta su rol comercial. El trabajo de campo se realizó a través de la observación directa, dentro de los dos establecimientos que esta empresa tiene en la ciudad de Granada, y mediante la elaboración de un detallado diario de campo. Este proceso de recogida de información se llevó a cabo durante 20 días no consecutivos, entre Noviembre del 2006 y Enero del 2009, y en tiempos de observación de una media de sesenta minutos. Para acercarnos teóricamente a este objeto de estudio hay que tener presente que desde la perspectiva que fundamenta mi trabajo, el cuerpo va a ser considerado como el medio fundamental de relación y comunicación con el mundo. En este sentido se conecta con los conceptos de habitus y disposiciones de Pierre Bourdieu, y se parte de la idea de que el sujeto se construye como persona a través de un proceso de socialización fundamentalmente corporal, que se da a lo largo de toda la vida, y gracias al cual se aprende e interioriza, en mayor o menor medida, aquellas habilidades, cualidades, competencias y representaciones mentales, que son propias a los distintos contextos en los que participa, y roles que desempeña el individuo. A partir de estas consideraciones se entiende que el contexto laboral de El Corte Inglés va a funcionar como un espacio de socialización específico donde los trabajadores, al desempeñar su rol, se involucran en un proceso de socialización que los alienta en la adquisición de ciertas competencias, actitudes, valores y pautas de actuación, que les van a servir como guía para su práctica, y que moldean tanto su cuerpo, como las representaciones mentales por las que juzgan el mundo. En este trabajo se ha centrado la atención en las manifestaciones corporales de los vendedores masculinos, manifestaciones que no son sino la interpretación corporal que los propios trabajadores hacen de su rol, y que han sido tratadas desde la perspectiva teórica de orden teatral que propone Erving Goffman en “La presentación de la persona en la vida cotidiana”. A partir de lo dicho, se entiende que la apariencia corporal de los trabajadores van a hacer referencia a los valores que sostiene la cultura empresarial de El Corte Inglés, de tal manera que interpretar la corporalidad de los empleados permite advertir rasgos culturales propios al contexto empresarial. Para conocer más en profundidad el tipo de contexto en el que están involucrados los trabajadores, y construir un marco de referencia para las observaciones e interpretaciones, se ha realizado un ejercicio de documentación sobre la trayectoria histórica y la cultura empresarial que sostiene este emporio, a partir de la excepcional investigación realizada por Javier Cuartas, y publicada bajo el título de “Biografía de El Corte Inglés”. De manera general cabe destacar, que se ha apreciado cómo los trabajadores masculinos ejecutan las diferentes actividades laborales, procurando inhibir las expresiones de fuerza física, decorándolas a través de diferentes recursos corporales como son la meticulosidad y la lentitud de los movimientos, o la rectitud y la estaticidad corporal en las poses y formas de desplazarse. La idea general es que los trabajadores se esfuerzan en realizar de manera decorosa, es decir, aparentando no hacer esfuerzos, prácticas de orden manual como cargar objetos, empaquetar, recolocar, limpiar estantes, desplazar cajas etc., y que lo hacen fundamentalmente, a través de los significados de elegancia y delicadeza que procuran trasmitir con su cuerpo. A este respecto, también se entiende que el traje de chaqueta y corbata que visten, funciona como elemento simbólico fundamental, para facilitar y guiar esa actitud decorosa. A partir de estas consideraciones se interpreta que la manera particular de construir su corporalidad desde unos códigos de decoro, que son propios a la clase tradicionalmente privilegiada, funciona como una forma de disimular el esfuerzo físico que entraña el trabajo manual, y así el desprestigio y los significados negativos que comportan. Así bien, se va a considerar que la imagen de prestigio que pretende proyectar socialmente la empresa en los establecimientos, se construye a través de elementos como la iluminación, la disposición espacial, el aroma y otros elementos ambientales, pero básicamente también, a través de las manifestaciones corporales del personal empleado. Se ha observado que la forma concreta de realizar el trabajo manual a partir de recursos corporales como el traje de chaqueta y corbata; la rectitud; la estaticidad; la minuciosidad; la delicadeza; el aplomo; la elegancia; el decoro; y la simpatía, imprime en la corporalidad de los trabajadores cierto status, y una determinada imagen de profesionalidad relativa a las actividades laborales de orden intelectual, que funciona como elemento decorativo del establecimiento. Una idea que me planteo entones, es que los empleados se ven en la necesidad de gestionar y reconciliar corporalmente, los valores y el prestigio que se da, por un lado al trabajo manual, y por otro, a la imagen que ellos deben representar. Así es que se ven en la necesidad de reformular la forma tradicional de ejecutar trabajos manuales que implican cierto esfuerzo físico, a través de la movilización de unos recursos corporales, que son propios al sistema de normas de comportamiento de la clase privilegiada. En relación a esto cabe plantearse, que quizás el otorgar un status social alto a los trabajadores a través del cuerpo, y exigir un comportamiento acorde a los valores de la clase social privilegiada, se constituye como una estrategia empresarial para fomentar la identificación de los trabajadores con la empresa, la interiorización de una jerarquía laboral, y una idea de meritocracia, en pos de favorecer la motivación laboral y el alto rendimiento. En relación a esto, y en coherencia con el sistema de normas y valores tradicionales que reproduce la cultura empresarial de El Corte Inglés, resulta interesante también comparar el status que se otorga estéticamente a los trabajadores, y el que la empresa da a las trabajadoras, ya que ello permite percibir el sexismo implícito en la estructura laboral. La idea fundamental es que mientras que ellos ostentan un status alto, recreado fundamentalmente a través de trajes de chaqueta y corbata distintos, que permiten una idea igualitaria y distinguida, el grueso de las trabajadoras visten con un uniforme sobrio y en absoluto distinguido, que configura una identidad laboral idéntica presumiblemente relativa a un status laboral de orden manual u obrero. En este sentido, es muy recurrente por ejemplo en el diario de campo, la observación de que cuando un trabajador interactúa con una empleada, se proyecta la imagen de una relación laboral de jefe y secretaria. En función de estas apreciaciones, y dado que por estrategia metodológica la observación se ha centrado en el personal masculino, y la observación del personal femenino ha sido superficial y puramente contextual, ahora se me plantea la inquietud de cuestionarme comparativamente, sobre la forma específica en que interpretan corporalmente su rol las mujeres que trabajan en esta empresa, ¿cómo movilizan ellas su cuerpo a la hora de realizar las mismas actividades laborales de orden manual? Por último, cabe destacar también el ejercicio de reflexividad que incluyo en este trabajo de investigación respecto a la experiencia personal vivida en el momento de la observación participante en el contexto, donde yo misma me veía en la necesidad de construir mi corporalidad de una determinada manera, para ocultar mi intención investigadora, y tratar de representar adecuadamente, ese rol de clienta real de El Corte Inglés que quería aparentar.


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