Al abordar una obra tan compleja como Celda (Arco de histeria) de Louise Bourgeois, nos hemos planteado como objetivo analizar el cuerpo de la histérica como herramienta de crítica cultural y como obra de arte. Es preciso contextualizar, mediante una breve aproximación histórica, los aspectos relacionados con el término histeria y su implicación en el lenguaje médico, psicoanalítico, sociocultural, y su traducción al lenguaje artístico.Por ello, la estructura del trabajo enlaza dichos aspectos con los métodos creativos y técnicos de Louise Bourgeois en su obra del Arco de Histeria. En esta pieza emblemática se articulan y funden en el bronce aspectos tan diversos como teoría y praxis: los estudios psicoanalíticos y el cuerpo convulsionado y la expresión del deseo reprimido. Como antecedentes teóricos y referentes bibliográficos destacamos los Estudios sobre la Histeria de Charcot como base de las obras psicoanalíticas de Freud y el análisis de la “estética del síntoma” de Georges Didi-Huberman sobre la Invención de la Histeria. El antecedente artístico son las fotografías y dibujos de las histéricas de la Salpetriére realizadas por Paul Ritcher. A modo de síntesis el trabajo indaga en la construcción sociocultural y misógina del cuerpo de la histérica, asociado como una carga peyorativa hacia la mujer; y como, por el contrario, una mujer artista interpreta y reproduce el síntoma fielmente y lo reconvierte en la expresión máxima del deseo sexual y del sufrimiento de un cuerpo andrógino y mutilado. Como conclusión resaltamos en la obra de Bourgeois su capacidad para exorcizar en sus espacios teatrales o celdas los diferentes tipos de dolor, físico, emocional y psicológico, y como ese cuerpo sin género se convierte en una máscara de histeria capaz de expresar el deseo indecible o la catártica fusión entre Eros y Thanatos.
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